¿Qué hay que tener para ser un emprendedor … y no morir en el intento?
A mí, personalmente, me encanta hablar con gente emprendedora. Tienen un brillo especial en los ojos. El brillo de un juguete nuevo, de una ilusión, de un sueño a la espera de ser realidad. Me comentan sus ideas y sueños de negocio, que muchas veces son muy buenas ideas o sueños, sus proyectos… El problema es que demasiadas veces se quedan en eso: sueños.
¿Cuál es el problema? Por qué se quedan sólo en eso, en sueños? ¿No valemos para pasar a la siguiente fase?
Yo creo que sí, valemos y mucho, pero hay que tener en cuenta varios factores. La locura, la ilusión y la experiencia. Y además en su justa medida.
La experiencia no puede oscurecer la locura o la ilusión, pero éstos últimos tampoco nos pueden gobernar si nos faltara la primera.
Este equilibrio, se aprende. Se aprende experimentando, fallando, fracasando, pero sin rendirse nunca. Y he de decir que no hay que ir a la universidad para ello ya que en nuestro sistema educativo se enseña a ser buenos empleados, buenos profesionales pero de ninguna manera buenos empresarios.
Decía Séneca que “No hay viento para el barco que no sabe adonde va”
Y es cierto. Después de tener “LA IDEA” tienes que contar con la preparación necesaria para desarrollarla y la oportunidad para presentar tu proyecto.
Y aquí es dónde entramos en la siguiente fase: muchos dirían que las oportunidades son cuestión de suerte. Discrepo. La suerte, la mayoría de las veces, se hace. Otras pocas veces se nace. ¡Para lograr esas oportunidades hay que estar allí fuera buscándolas!
Otro punto muy importante es tener una estrategia bien definida. Tienes que tener un plan y seguirlo!
Decía alguien: “Un mapa vale más que mil palabras para llegar a Roma, aunque todos los caminos conduzcan allí” y es verdad!
No tengas miedo. Y no me refiero al miedo de ser envidiado cuando lo logren o a oír la frase “ya sabía yo que no iba a salir bien”.
¡Experimenta, falla y aprende! Es la única manera de llegar al éxito.