Imagina subirte a un barco y no tener un destino. Para mi eso es no tener objetivos.
¿Pero cómo ponerte objetivos que realmente vayas a cumplir en el tiempo que te propones?
Yo, como mucha gente, me ponía unos objetivos (muchas veces demasiados) objetivos de las cosas que quería alcanzar o conseguir durante el año o trimestre y trabajar hacía atrás para crear las estrategias y tácticas y otros procesos para conseguir los objetivos que me había puesto.
Pero ahora, procuro fijarme a nivel global lo que quiero. Sí, los objetivos son importantes pero son un mero medio para un fin.
Entonces … ¿cómo hacerlo?
Los que me conocen saben que disfruto mucho de mi trabajo. Pero hace un tiempo que he empezado a tener una visión de dónde quiero llegar. Pero no solo eso. Me he imaginado cómo me sentiré estando allí. Cómo podré disfrutar de mi vida estando en el sitio al que quiero llegar. Contándoselo a una amiga me emocionaba y entusiasmaba de mi objetivo aún cuando no era más que una mera idea. Ese, no es otro que tener más tiempo libre. No trabajar tanto en cuentas de clientes en el día a día, sino que poder tener más ingresos pasivos y a lo mejor más gente que me ayude con el trabajo de clientes para que yo pueda disfrutar más de mis viajes y mi vida. No quiero trabajar, trabajar, trabajar. dormir, trabajar, trabajar, trabajar morir.
Entonces mis objetivos cambiaron. Estaban acompañados de la emoción, de la ilusión. Mi meta es la isla feliz. La isla en la que podía pasar más tiempo con mi familia y amigos. La isla en la que mis sistemas de trabajo trabajaban para mi. A partir de allí he definido 3 puntos clave que me ayudasen a llegar allí. 1 ya se está cumpliendo y funciona de maravilla. Empezando por el segundo ahora ;).
En definitiva: los objetivos que te pongas tienen que tener un sentido para ti. Los tienes que acompañar de una emoción muy fuerte que es la que te dará la motivación suficiente para lograrlos.
Adelgazar, Tener menos estrés, tener más clientes, dejar de fumar – piensa cómo te sentirás estando ya estés allí. Cómo será tener los clientes perfectos. Cómo será no pensar en la cajetilla de tabaco. Lo que sea que quieras alcanzar lo has de acompañar de una emoción fuerte que será la que te de las fuerzas para seguir en los momentos malos y así conseguir los objetivos que te hayas propuesto. No vale con solo decirlo. Si no tiene un valor grande y una recompensa emocional importante será muy difícil lograrlo.
Además, si un objetivo que te hayas propuesto no encaja con tu estilo de vida o con la visión global, no pasa nada. Cámbialo. Quítalo. A veces nos damos cuenta que algo no encaja cuando ya casi estamos allí.
Por ejemplo: en mi caso, cuando empecé como asistente virtual dije “mi público son las start-ups. Necesitan ayuda, necesitan gente experimentada que no pueden pagar a tiempo completo… así que yo soy perfecta.” Una vez allí sin embargo, me di cuenta de que no se ajustaban a lo que yo buscaba. No porque no tienen las ideas claras, no saben nunca lo que quieren, cambian las tareas demasiado a menudo y cuando no tienen dinero, eres la primera que se va. Entonces me di cuenta de que, aunque mi objetivo fue el de conseguir este tipo de cliente, lo único que hacía era complicarme demasiado. Así que cambié. Empecé a elegir otro tipo de clientes más estables, empresas más maduras que funcionan de maravilla. A veces, cambiar el objetivos porque no funciona y no encaja con la visión global es bueno. Hay que ser flexible y reaccionar.
¿Cuál es tu isla feliz? ¿Qué objetivos has de cumplir este año?