A lo mejor nuestra cultura ha hecho que las cosas estén al revés. Pensamos que si tenemos todo lo que deseamos seremos felices. Equiparamos la comodidad con la felicidad. ¿Pero cuanta gente que lo tiene todo es infeliz? Mucha. Necesitamos retos. Luchas. Pequeñas o grandes, pero luchas. Algo de ventura. Algo a lo que queramos llegar para esforzarnos y luego disfrutar de lo que hayamos conseguido. Siempre nuevos retos y nuevas ilusiones. Para mi, cuanto más esfuerzo requiere alguna acción, mejor me siento cuando lo consigo. Pero incluso las cosas pequeñas del día a día. Necesito acción. Necesito esforzarme por algo. Y allí es dónde empieza la magia.
¿Por qué?
- Creo que la comodidad está sobreestimada. Nos hace más vagos y nos hace olvidar. Muchas veces lleva al aburrimiento y a no estar contento.
- La incomodidad nos empuja al crecimiento. Nos hace querer algo más. Nos obliga a cambiar, a aprender, a adaptarnos.
- La incomodidad muchas veces es un signo de que estamos progresando. Muchas veces cuando estás trabajando para crecer y mejorar estás más incomodo por tener que poner más esfuerzo.
Con esto no quiero decir que no me gusta ciertas comodidades. Pero creo que nunca nos podemos complacer y relajarnos con lo que tenemos. Especialmente en el trabajo. Siempre hay que mejorar, aprender. O si no, ¡piensa en cuanta gente obsoleta de solo 30 años conoces!
Cuando vas al gimnasio y te esfuerzas mucho para conseguir la meta que te hayas puesto, sufres. Y después, las agujetas te siguen recordando el esfuerzo que has hecho. Pero te hace sentir bien! Esto solo indica que estás progresando y que te estás haciendo más fuerte. En lugar de hacernos más pequeños antes las dificultades, mejor enfocarlas para llevarnos a un éxito.
En definitiva, o bien puedes conformarte y parar tu evolución, o bien puedes esforzarte y, en consecuencia estás más incomodo, y crecer. Esto pasa mucho en nuestro día a día laboral. Estamos bien pero queremos crecer más. Darle más de nosotros al mundo.
La felicidad para mi viene del crecimiento y de la sensación de que estoy progresando.